martes, 10 de diciembre de 2013

Eléctricas tipo SEMICAJA o HOLLOWBODY








La gui­tarra semi-sólida se pop­u­lar­izó con el lan­za­miento del mod­elo ES-335 de la Gib­son en 1958, para quienes no sepan lo que indi­can las letras ES, aquí esta su sig­nifi­cado: Elec­tric Span­ish. La línea ES de Gib­son incor­poró ele­men­tos inno­vadores en la fab­ri­cación de las gui­tar­ras eléc­tri­cas (ele­men­tos más tradi­cionales deriva­dos de la con­struc­ción de las gui­tar­ras acús­ti­cas españo­las), cre­ando her­mosas piezas que com­bin­a­ban difer­entes car­ac­terís­ti­cas de fab­ri­cación (ancho de caja, corte doble y sim­ple, etc.), para obtener vari­adas sonori­dades. Muy pronto los gui­tar­ris­tas se dieron cuenta de la gran ver­sa­til­i­dad de estos instru­men­tos, prob­a­ble­mente el más rep­re­sen­ta­tivo de ellos fue Chuck Berry, uno de los padres del rock’n’roll y uno de los show­man más vis­tos y escucha­dos de la historia.
 Está construida con un bloque central de madera al que se le adi­cio­nan dos ensam­bles de madera en cada lado (algo así como “alas”), for­mando un cuerpo hueco de línea del­gada o “thin­line”, con un cen­tro sólido. La pres­en­cia del bloque cen­tral más la con­struc­ción del­gada del cuerpo garan­ti­zan una reduc­ción sus­tan­cial del “feed­back” pro­ducido por los ampli­fi­cadores y los micró­fonos (muy común en las gui­tar­ras de caja), adi­cional­mente el hecho de tener un cuerpo hueco, ase­gura un tono más orgánico por la res­o­nan­cia de las ondas en el cuerpo, final­mente el bloque cen­tral al ser sólido per­mite que la gui­tarra tenga un sosten­imiento (“sus­tain”) pro­lon­gado. Estas car­ac­terís­ti­cas con­vierten a la gui­tarra semi-sólida en un ver­sátil instru­mento que ha sido usado con igual éxito en el blues, el rock, el rock’n’roll, el indie… prác­ti­ca­mente en todos los esti­los musicales.

Ha sido el instru­mento por exce­len­cia del gui­tar­rista de jazz. A ese sonido cálido, pero a su vez rico en bajas fre­cuen­cias se le atribuyen miles de exce­lentes álbumes, desde los primeros días con Char­lie Chris­t­ian, hasta Pat Metheny 




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